Cuando todos los astros se apaguen en el cielo, cuando todos los pájaros paralicen el vuelo cansados de esperarte, ese día lejano yo te estaré esperando todavía.
José Angel Buesa

martes, 5 de abril de 2011

A primera luz del alba..


Inmerso en la primera luz del alba,
abiertos los dubitativos ojos
tras los que aún se mueven los despojos
de los sueños. Ver tu rostro me salva.

Echada en la espuma de un mar naciente
de mí absolutamente ajena, mece
tu respiración deseo, que ofrece
y que niega, en su ir y venir ausente.


Despertarme en tu belleza. Quisiera
morir. Partir envuelto en tu perfume.
morir es despertar en lo que uno ama.
En tu calor extraviarme. Quisiera
matarte. Verte embebida en mi llama.
no querer lo que quiero me consume.


Roberto Malatesta

sábado, 12 de marzo de 2011

Entre mis manos vives...


Entre mis manos vives
en confusión de nacimiento y corazón herido,
como desvanecerse o contemplar
un alto simulacro de ruinas;
sobre mis dedos mueres,
materia pensativa que se abate
bajo el murmullo de mi tacto,
y eres tristeza en mí,
suave como la forma de la nieve,
como cerrar la puerta
o mirar la inocencia de una pluma.

Nacida para mi caricia,
con un perdón que olvida y un comienzo
de éxtasis y aromas,
me acerco hacia tu aliento,
tu oído con mis labios toco y digo
que nuestro amor es agonía,
que escuches mi temor y mi palabra de humo
y que yo, como tú, de noche oigo
cómo se pierde el pensamiento,
confuso entre mi carne y tu recuerdo.

Mas retiro mi rostro de tus ojos
porque ya no podré pensar una palabra
que no habite tu nombre,
y porque surges hasta del silencio
como enemiga que desdeña el arma
y de improviso nace entre las sombras,
cuando sin ti yo no sería
sino un olvido abandonado
entre las ruinas de mi pensamiento.


Alí Chumacero

sábado, 15 de enero de 2011

Llámame




Yo aguardo la señal para reconocerte.
Cada noche, mientras tiembla el invierno
y abatida la lluvia se derrama
y el frío elige calles y restalla cordeles,
indóciles cabellos de pronto destrenzados,
yo aguardo la señal.
Y te busco incesante, y en la música entro:
acolchada la puerta se cierra tras de mí,
la sombra me golpea y mis ojos insisten,
suelta lanza dispersa y confundida.
Por el esbelto nardo y el armonioso alerce,
sauce, flor, el oro se desnuda,
gráciles piernas, bosques, enramadas:
dime, serpiente, dónde tus anillos.
Irresistible seductora mía, sin ti mi rostro
es fervoroso girasol anclado, es alabanza inerte,
no selva trastornada, no subterránea herida
ni belleza.
Sin deseos, sin sed, sin perseguido abismo,
sin que aceches y ofrezcas y arrebates,
qué jardín, dime tú, qué jardín
se podría llamar paraíso o delicia.
Mi tentación hermosa,
cada noche te busco, cada noche.
Y aguardo tu señal, transida ya de ti
para reconocerte y entregarme.

Ana Rossetti

jueves, 2 de diciembre de 2010

Escritura


Llámala gota primera
condensada en instantes de duda
Llámala don
que desdeña el frío de su paso
y se contenta con el crisol de la ausencia
Dile a ella
que sea jaima para ellos
Diles a ellos
que ella es
el soplo que prende las nubes
Mohammed Bennis

jueves, 4 de noviembre de 2010

De ti y de mí..

Si tú eres la montaña,
yo soy la flor, el aire, la llanura,
la fuente limpia y pura,
el río que te baña,
la hondonada,
la cubre y el paisaje;
el zafiro del cielo y la nube de encaje.
Todo y nada.

Tú eres lo duradero,
lo que persiste y queda, la verdad de las cosas.
Yo soy como las rosas.
Doy mi perfume y muero.
Tú eres el titán
que a fuerza de constancia perforaste las rocas.
Yo soy una de esas vírgenes locas
que nunca saben donde van.

Inconstante y alada,
tan pronto rozo estrellas como me mancha el lodo.
Lo quiero siempre todo,
y nunca tengo nada.
Sí; tú eres el más fuerte
y el más bueno quizás.
Tú sabes dónde vas.
Yo sólo voy donde quiere la suerte.

Nos encontramos un extraño día.
Tú el hierro; y la luz.
y nos unimos en una misma cruz
de poesía.

Si tú eres la montaña
que aguarda sin temor el vendaval,
yo soy la fuente de cristal
que florece en su extraña.

Y no puedes conmigo,
valeroso y profundo monte del Himalaya.
Para no sucumbir, necesitas que vaya
a sembrar en ti mi trigo.
Susana March

jueves, 30 de septiembre de 2010

Deseo...


Sólo tu corazón caliente,
Y nada más.

Mi paraíso, un campo
Sin ruiseñor
Ni liras,
Con un río discreto
Y una fuentecilla.

Sin la espuela del viento
Sobre la fronda,
Ni la estrella que quiere
Ser hoja.

Una enorme luz
Que fuera
Luciérnaga
De otra,
En un campo de
Miradas rotas.

Un reposo claro
Y allí nuestros besos,
Lunares sonoros
Del eco,
Se abrirían muy lejos.

Y tu corazón caliente,
Nada más.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

La caricia perdida


Se me va de los dedos la caricia sin causa,
se me va de los dedos... En el viento, al pasar,
la caricia que vaga sin destino ni objeto,
la caricia perdida ¿quién la recogerá?

Pude amar esta noche con piedad infinita,
pude amar al primero que acertara a llegar.
Nadie llega. Están solos los floridos senderos.
La caricia perdida, rodará... rodará...

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,
si estremece las ramas un dulce suspirar,
si te oprime los dedos una mano pequeña
que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,
si es el aire quien teje la ilusión de besar,
oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,
en el viento fundida, ¿me reconocerás?

Alfonsina Storni

lunes, 6 de septiembre de 2010

Luz de Luna

Luz de Luna llenan la noche de amantes separados por el tiempo y el espacio"

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Cuerpo y alma




La razón me distancia de ti, pero el sentido
me adhiere a tu costado como la hiedra al muro;
y sin embargo admito que la razón ha sido
quien te anexó a mi vida, por quien en ti perduro.

Eres más que una idea, pero no te percibo
sino como una sombra, grácil e inaccesible;
sombra que se me acerca con aire fugitivo,
y como aire se pierde, como sueño imposible.

Y a pesar de ser sombra, y a pesar de ser sueño,
y a pesar de ser aire, te acarician mis manos;
una caricia suave, que muere en el empeño,
porque aire, sueño y sombra se perfilan lejanos.

¿Por qué te siente el cuerpo tan cerca, si la mente
tan remota te sabe, tan fuera de mi tacto?
¿Y por qué el mismo cuerpo te reconoce ausente,
si la mente establece su intangible contacto?

Qué triste paradoja, qué absurda coyuntura,
qué condena se impone la condición humana,
dividida en la busca de su propia ventura,
y en la perenne espera de que vendrá mañana.

jueves, 19 de agosto de 2010

Me haces flotar..


Flotas en mí; no sé si eres la nube
etérea, luminosa, iridiscente,
que, desde el fondo de mi entraña sube
como tenue vapor hacia la mente;
si eres mínimo, tácito aleteo,
o tal vez inefable melodía;
o síntesis de amor y de deseo,
sé que flotas en mí, sé que eres mía.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Abriste una ventana a mi alma


Tocaste mi corazón
Y cantó
Una canción ya olvidada.
Me hablaste de sueños,
Y dejé que conocieras
Una parte de mí que era dolorosamente tímida.
Abriste una ventana a mi alma,
Permitiéndome ser yo,
Y el viento vino a limpiar
Mi miedo a la intimidad
Con la fragancia del cedro.
Tu bastón deja huellas en
Los senderos que sigo en mis sueños,
Y ahora
Estoy llegando más allá de la memoria
En la distancia del futuro.
Me pregunto cuándo
Cambiarán las hojas
Y cuándo volverás.
Jamie Sams

sábado, 7 de agosto de 2010

Espera...

Te esperé con la sangre detenida
sobre el silencio en ascuas de tu ausencia.
Te esperé soportando la existencia
como un lebrel al pie de tu partida.

Te esperé casi al borde de la herida
y a dos pasos no más de la demencia.
Te esperé en la angustiosa transparencia
de aquella noche en el reloj vencida.

Pero qué inútil la mortal espera:
Sin pensarlo cité la primavera
cuando el invierno helaba mis rosales.

Y hoy que casi olvidaba tu presencia,
me estoy enamorando de tu ausencia
a través de mis propios madrigales.
Jorge Robledo Ortiz