Cuando todos los astros se apaguen en el cielo, cuando todos los pájaros paralicen el vuelo cansados de esperarte, ese día lejano yo te estaré esperando todavía.
José Angel Buesa

miércoles, 28 de abril de 2010

Para que tus manos puedan encontrarme...


Porque sé que me buscas en brújulas perdidas
y tus ansias se hielan buscando amaneceres,
mis noches fueron tuyas, fueron tibios los placeres.

No me busques en lugares escondidos, ni en rastrojos
donde el viento regresa arrepentido,
ni en silencios ni en olvidos,

no me busques en pasillos largos ni en rojos de sangre
mirando hacia la nada.

Búscame en las notas bellas de una canción que compartimos
así no habrá silencios, solo ruidos.
Y entonces los arpegios retumbarán tu alma
notándome presente, sin haberme ido.

Ya no hacen falta las velas ni el fuego ni las llamas
para buscarme en oscuros rincones donde tu voz no llega,
búscame en el fondo de tu alma y así verás brillar muchas estrellas.

Ya no hace falta que tu voz se calle ahogando las palabras
buscándome en desiertos o en los mares
no creas que tu voz no me alcanza o que te sientes muda
tu voz está en mi alma como una canción que siempre arrulla.

Tú sabes donde estoy ¿por qué me buscas?
si soy parte de ti y de tu cielo
soy parte de tu alma, de tu piel y tu consuelo.

Búscame en tus labios desesperadamente en tu voz en tu sonrisa
y en esa canción que con arpegios muy suavemente nos la trae la brisa.

Así que no habrá lágrimas, ni ausencias, ni rojos violentos
porque cambiaste la pintura,
porque cerré mis ojos para imaginar los tuyos
abiertos al mundo que nos mira,
y miraré en los tus tuyos, el alma y el paisaje
que el mundo te dejó para mis ojos.

Gerardo Omaña

sábado, 24 de abril de 2010

Cenizas....




Hemos dicho palabras
palabras para despertar a los muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos
y sonreír.
Hemos creado el sermón
del pájaro y del mar,
el sermón del agua,
el sermón del amor.
Nos hemos arrodillado
y adorado frases extensas
como el suspiro de la estrella,
frases como olas, frases como alas.
Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles caminos.

Alejandra Pizarnik

sábado, 17 de abril de 2010

Si mis manos pudieran deshojar.


Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.

Yo pronuncio tu nombre,
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia.

¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma,
¿qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡Si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!

Federico García Lorca

miércoles, 14 de abril de 2010

Me dueles...



No quiero acostumbrarme a tus palabras,
a tu mirada, a tus caricias contenidas
, a jugarme la vida en cada pensamiento.
No quiero acostumbrarme a las claúsulas de nuestras letras,
de echar de menos las noches sin encontrarte,
sin escucharte.
No quiero acostumbrarme
a una vida sin vos que nunca viví,
a esta infinita distancia.
Pero mientras no me olvides,
y aunque alguien te llame mi Amor,
esa palabra me pertenece
J. Quintana

domingo, 11 de abril de 2010

SONETO LXIX


Tal vez no ser es ser sin que tú seas,
sin que vayas cortando el mediodía
como una flor azul, sin que camines
más tarde por la niebla y los ladrillos,

sin esa luz que llevas en la mano
que tal vez otros no verán dorada,
que tal vez nadie supo que crecía
como el origen rojo de la rosa,

sin que seas, en fin, sin que vinieras
brusca, incitante, a conocer mi vida,
ráfaga de rosal, trigo del viento,

y desde entonces soy porque tú eres,
y desde entonces eres, soy y somos,
y por amor seré, serás, seremos.

Pablo Neruda

sábado, 10 de abril de 2010

Silencio




Cuando tú te quedes muda,
cuando yo me quede ciego,
nos quedarán las manos
y el silencio.

Cuando tú te pongas vieja,
cuando yo me ponga viejo,
nos quedarán los labios
y el silencio.

Cuando tú te quedes muerta,
cuando yo me quede muerto,
tendrán que enterrarnos juntos
y en silencio;

y cuando tú resucites,
cuando yo viva de nuevo,
nos volveremos a amar
en silencio;

y cuando todo se acabe
por siempre en el universo,
será un silencio de amor
el silencio.

Andrés Eloy Blanco

jueves, 8 de abril de 2010

Sin la Luna


Si repito tu nombre
después de otra jornada
y otra noche conmigo,
si tu olor me recorre
y entre pecho y guitarra
se hace más el vacío,

si estas manos entre acorde y acorde
acordándose van de tu pelo
no hace falta tanto cielo
si la luna de tu piel no está.

Si entre verso y respiro
se abre un azul profundo
que va tiñendo el tiempo,
si a contraluz te miro
y se hace más agudo
el filo de tu cuerpo,

si esta nota no alcanza a tu tono
y entonándote vuelo y respiro
no estoy solo, voy conmigo
y la estela de este canto atrás.

Puedo hablar de ti con mis amigos,
mi canto, mi silencio, mi conmigo,
puedo hallar tu rastro si lo quiero hoy
sé perfectamente donde te dejé.

Alejandro Filio

lunes, 5 de abril de 2010

Sin tu latido...



Hay algunos que dicen
que todos los caminos conducen a Roma
y es verdad porque el mío
me lleva cada noche al hueco que te nombra
y le hablo y le suelto
una sonrisa, una blasfemia y dos derrotas;
luego apago tus ojos
y duermo con tu nombre besando mi boca.
Ay, amor mío,
qué terriblemente absurdo
es estar vivo
sin el alma de tu cuerpo,
sin tu latido.
Que el final de esta historia,
enésima autobiografía de un fracaso,
no te sirva de ejemplo,
hay quien afirma que el amor es un milagro
que no hay mal que no cure
pero tampoco bien que te dure cien años;
eso casi lo salva,
lo malo son las noches que mojan mi mano.
Ay, amor mío...
Aunque todo ya es nada,
no sé por qué te escondes y huyes de mi encuentro.
Por saber de tu vida
no creo que vulnere ningún mandamiento;
tan terrible es el odio
que ni te atreves a mostrarme tu desprecio,
pero no me hagas caso,
lo que me pasa es que este mundo no lo entiendo.
Ay, amor mío...
Luis E. Aute

jueves, 1 de abril de 2010

No lamento tu ausencia...


No lamento tu ausencia, no me alegro tampoco:
Esta paz de tenerte como siempre en las manos
es parte de mi amor,
de este nuevo sentido que has puesto en mis sentidos.

Y no es que estés muy lejos
es que madura lento lo que más nos importa.
Y el tiempo y el espacio son frutas delicadas

Jesús Agudo